CARTA A MI HIJO AUTISTA
Hijo
mío:
Aunque no sepas leer ni hablar, menos
comprender esta carta, es mi deseo comunicarte lo triste que me siento sin ti,
tu escuela y mi trabajo nos mantienen
físicamente alejados pero en ningún
momento dejo de recordarte, tu eres mi motor en mi diaria lucha.
Cierto es que eres diferente, pero de eso no
desprende mi tristeza. Yo te quiero y acepto
tal como eres, si tu situación requiere que recibas de nosotros todo nuestro tiempo es porque el destino ha decidido que luchemos juntos
y tal vez, nunca separarnos.
Mi tristeza es por mi egoísmo y vanidad,
en que yo afirmo que mi mundo es real y
el tuyo equivocado. No soy capaz de
reconocer las cosas de otra forma que no
sea la que me enseñaron mis padres,
no se entender el cariño si no
es con abrazos y gestos de amor.
Soy egoísta porque te hago luchar para
ser como yo, donde te obligo a quererme
de la única manera en que mi pobre mente
puede entender, que te comuniques conmigo
utilizando mi lenguaje. ¡Que tonto soy!
Si fuese otra época, otro lugar,
otra sociedad,
posiblemente el normal serías tu y yo el del problema.
Mi tristeza, hijo, es porque me esfuerzo
tanto en traerte a mi mundo que olvido
compartir contigo esos tiempos maravillosos
que gozábamos juntos antes de que te diagnosticaran como
“especial”. Mi mayor tristeza es porque siempre
me has amado, ¡lo se!, te siento y en tu silencio tus ojos brillan
al verme. Yo, en cambio, no he sabido amarte d
e la manera que tu me entiendas.
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